Una especie de pérdida constante del nivel normal de la realidad.


El Pesa-nervios, Antonin Artaud


lunes, 15 de junio de 2009

UN EJEMPLO DE HIPNOSIS

Falla el mecanismo de combustión de una choza mal aseada con recuerdos de todos los colores pertenecientes en un tiempo no muy remoto a algún bisabuelo acalorado. Soy estirpe de mi raza y juego de palabras de la arena en mi cerebro maltratado por el gasto masivo en escopetas de pesca.
Ver herraduras en el escenario del Teatro Real sobrevolando las cabezas de los señores profesores durante una ópera del siglo pasado no parece síntoma de frialdad asesina calculada por ingenieros técnicos especialistas en aviación militar. Parada del ejército en un relevo de postas y con la gracia natural de la repetición de un motivo B al azar en la sonata clásica. El mantel de cuadros rojos y verdes extendido sobre la hierba con raíces endurecidas tras un invierno particularmente asalariado. ¿En qué suburbio creciste? La verdad es la vergüenza. La alegría de una tirada de dados favorable gracias al viento de poniente cuarenta nudos a la rotonda y ocho brazas de oso cocinado sin fuego potable.

Oscurece la hipotésis inicial; el alfabeto cirílico no estaba preocupado por la salud contextual de los cuentos chinos que se calculan con el zapato prestado por el sastre enfurecido con la educación sentimental de sus vástagos, que lucen como tiritas al agua patos encerados encerrados el libro y las páginas, la hucha decapitada. Mi revista de papel reciclado, fogatas escondidas en labios cortados como las orejas de un bipolar desarticulado. Un pomo descafeinado posee cualidades mágicas a partir de la huella dactilar en vilo.

Vive, vive, vuela, espada entrevista en la cortina que se abre y cierra un pulpo engominado con pistacho turco.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No tengo nada que decir.

FEDERICO OCAÑA dijo...

Yo tampoco (y lo que tengo, me lo callo, ya lo sabes)

Un abrazo