Un nuevo método para todas las cosas que no cambian, eso es lo que hace falta integrar en nuestro ecosistema azulado como un manto de tiralíneas sin casos de urgencia gastronómica. Hora y lugar del accidente, situación exacta del cadáver por mí mal hallado. Perfume simbolista que acelera la reproducción in vitro mientras el tocadiscos no se cansa de dar vueltas a dos sonidos malolientes que dicen sí y no, sí y no, porque la contradicción es buena, la contradicción es pura, la contradicción contradice lo que dice la contradicción. ¿Se me entiende? O mejor aún: ¿alguien pretende que quiero que se me entienda? Todo lo contrario, infantes franceses, todo lo contrario. Ahora sí que estoy metido hasta la rodilla en el fango de los recuerdos. ¿Qué os dije? No se os puede hablar ni un momento, por el dulce son. Y quizá, sólo quizá, el universo se expande en figuras geométricas que describen aros y círculos irregulares como víveres de plástico y redondeles antiguos, con cenefas gruñonas y huesos espinosos.
Colgante de sutura punto de idioma incorrecto flecha volcada hundida un monstruo en la alcoba en la escoba en la ventana de los ancianos consejeros del cine meditando buscando los porqués de la ciencia hexagonal y untando de sobrasada los secretos que no se asienten ni se esconden porque los saben los estorninos. Los estorninos los saben, y, claro, también lo saben los mirlos y las urracas, que son de ramas distintas y de familias enfrentadas con la de los palmípedos, que cantan muy bien porque no tienen anginas de pecho ni inflacción en sus cuentas bancarias cada vez más extrañas más vigilantes al acecho de un piano. Vino y se fue. Vino y venció. Todo tiende a acabar trágicamente, una leyenda urbana puesta de rodillas y lista para ser devorada por los cocodrilos del faraón. Todo tiene a. Acabar trágicamente. Una. Leyenda. Las palabras se me derriten en la boca sin necesidad de impulso electromagnético ni tortura especializada en asnos. Las cosas suceden porque sí, aunque contingentes, por supuesto, y no interviene ningún dios, a pesar de que lo más conveniente es que intervenga los seguros de automóvil son registrados en las casas vacías de los inmigrantes deportados exiliados repatriados como sea.
Eso es fuerza, y lo demás es humo blanco para elegir al Papa en su habitación decorada muy bellamente, con pinturas y animales y un gran mural de estrellas con desnudos y barbudos y colores espantosos como dinosaurios aviadores. El amor la vieja excusa para volver a cruzar la cara a los monjes de piedra y los gusanos de pie. Sé acabar los deberes a tiempo, y me siento orgulloso -e iracundo- por ello y por muchas tonterías más, que aquí no pienso destacar con lápiz rojo o subrayado o cursiva o negrita o mayúscula. Craso error.
Eso es fuerza, y lo demás es humo blanco para elegir al Papa en su habitación decorada muy bellamente, con pinturas y animales y un gran mural de estrellas con desnudos y barbudos y colores espantosos como dinosaurios aviadores. El amor la vieja excusa para volver a cruzar la cara a los monjes de piedra y los gusanos de pie. Sé acabar los deberes a tiempo, y me siento orgulloso -e iracundo- por ello y por muchas tonterías más, que aquí no pienso destacar con lápiz rojo o subrayado o cursiva o negrita o mayúscula. Craso error.
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