NO SÉ CONTAR PALABRAS
Manifiesto abierto a la inmoralidad y las violaciones
ciudades vacías
risas entrecortadas
madres sin hijos
gatos durmiendo en todos los rincones de mis oídos
casas robadas por el fuego que lo va tomando todo
hasta que sólo quede el recuerdo
de una explosión
risas vacilantes
que no saben descifrar el miedo
que no pueden huir del inquietante juego de no mirar hacia delante
que sólo han aprendido a matar porque sí
porque tienen frío
porque me conocen lo suficiente
mañana cálida en un salón lleno de espinas
dos cuellos rotos que se enredan
dos hilos de cobre que sostienen a duras penas los nombres
mientras de la ducha cae una fina lluvia
de gas mostaza
Manifiesto abierto a la inmoralidad y las violaciones
ciudades vacías
risas entrecortadas
madres sin hijos
gatos durmiendo en todos los rincones de mis oídos
casas robadas por el fuego que lo va tomando todo
hasta que sólo quede el recuerdo
de una explosión
risas vacilantes
que no saben descifrar el miedo
que no pueden huir del inquietante juego de no mirar hacia delante
que sólo han aprendido a matar porque sí
porque tienen frío
porque me conocen lo suficiente
mañana cálida en un salón lleno de espinas
dos cuellos rotos que se enredan
dos hilos de cobre que sostienen a duras penas los nombres
mientras de la ducha cae una fina lluvia
de gas mostaza
2 comentarios:
Maravilloso el poema, tanto que tiene un tinte profético que asusta. Además estoy leyéndome 'Justine', cada verso lo he usado como lana de una gran manta, negra.
Del café te lo dije pensando que habría clase el viernes pero podemos tomarlo este martes, me voy o no estoy el resto.
Un abrazo,
Álvaro
PD: Buenísimas las etiquetas.
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